
¿Se puede congelar el romero?

El romero es una hierba resistente que se presta a largas cocciones. Esto también significa que la hierba es muy duradera. El romero es ideal para platos cocinados y verduras, y también puede utilizarse en verduras asadas.
El romero puede combinarse con otras hierbas para dar sabores únicos, las posibilidades son casi infinitas. Así que, si tienes un manojo de romero en el jardín o te has encontrado con una buena oferta y no has podido evitar comprar más de lo habitual, ¿cómo lo conservas?
¿Se puede congelar el romero? Sí, se puede. La resistencia del romero lo hace muy apto para el congelador. Es menos propenso a quemarse y puede durar un año en el congelador. Las hierbas se vuelven de color verde oscuro en el congelador, pero su sabor y aroma permanecen intactos si no se dejan demasiado tiempo.
A veces, hierbas como el romero se mezclan con otras y se convierten en pesto para conservarlas. Pero la congelación es uno de los trucos que puede conservar el romero intacto para su uso posterior.
Cómo congelar el romero
El romero se puede congelar de dos formas distintas y, para que no queden dudas, vamos a hablar de las dos.
- Congelar romero
- Congelar romero en cubitos
Congelar romero
Congelar romero es muy fácil, no hace falta escaldarlo ni someterlo a ningún proceso complejo. La naturaleza resistente de la hierba la hace muy apta para el congelador. Todo lo que se necesita es un poco de esfuerzo para ayudar a mantener el romero de las duras condiciones en el congelador.
Paso 1: Preparación
Antes de congelar cualquier cosa, siempre es bueno prepararla para que se ajuste a lo que quieres. Si coges el romero de tu jardín, coge cada ramita y lávalas bien con agua corriente. Esto te ayudará a mantener alejados todos los bichos, el polvo y los restos. Escurre las ramitas en un colador y déjalas secar al aire.
Paso 2: Congelación rápida (opcional)
Puede seguir congelando el romero y saltarse este proceso. Pero, a medida que el romero se congela, las ramitas se pegan entre sí. Separarlas cuando quiera utilizarlas podría suponer mucho trabajo y un desperdicio de hierbas. Por eso, la congelación rápida es una forma muy eficaz de evitar que se peguen.
Coge una bandeja de horno y fórrala con papel pergamino. El papel de pergamino es para evitar que las ramitas se peguen a la bandeja mientras las congelas. Coloca las ramitas individualmente en la bandeja y asegúrate de que no se tocan entre sí antes de meterlas en el congelador.
Coloque la lámina en el congelador y siga comprobando hasta que las ramitas se hayan congelado por completo. Para saberlo, levante las ramitas de la lámina y observe las hojas. Si están congeladas, no se moverán por sí solas al sacudirlas.
Paso 3: Almacenamiento
Prepara las bolsas de congelación herméticas y mete las ramitas en ellas. La forma de empaquetarlas no debería importar ahora, ya que las ramitas no se quedarán pegadas al congelarse.
Expulse todo el aire que pueda de las bolsas antes de cerrarlas. Si hay demasiado aire en las bolsas, las ramitas pueden oscurecerse o enmohecerse al congelarse.
Paso 4: Congelación
Etiqueta las bolsas con un rotulador, indicando el contenido y la fecha de congelación. En caso de que pierdas la cuenta de lo que has guardado en el congelador, esas etiquetas te ayudarán a identificar los alimentos y su tiempo de congelación.
Una vez etiquetados, mete los paquetes de romero en el congelador. Procura no colocar el romero en lugares donde pueda ser aplastado fácilmente por otros alimentos más grandes.
Congelar romero en cubitos
Si eres de los que les gusta añadir una pizca de romero en sopas, pasta o platos cocinados. Este método es adecuado para usted.
Paso 1: Preparación
Prepare el romero como se ha descrito anteriormente. Lavar, enjuagar y secar.
Paso 2: Cortar el romero
Hay que separar las hojas de los tallos y picarlas como se pica el romero fresco antes de utilizarlas. Córtalas con un cuchillo afilado sobre una tabla de cortar. Pica las hojas en tamaños más pequeños y porciónalas en la medida que desees. De esta forma, sabrás cuánto romero vale cada cubito.
Paso 3: Hacer cubitos de romero
Prepara una cubitera y rellena los cubitos con las hojas de romero troceadas. Rellene los cubitos con agua o aceite de oliva, según sus preferencias, hasta que el romero quede completamente sumergido. Deje un poco de espacio para que los cubos se expandan sin llenarlos hasta el borde. Coloque la bandeja en el congelador hasta que los cubitos se congelen por completo.
Paso 4: Almacenamiento y congelación
Cuando los cubitos se hayan congelado por completo, sáquelos de las bandejas y páselos a bolsas Ziploc o bolsas de congelación herméticas. Saca el aire con una pajita o presiona las bolsas para expulsar todo el aire que puedas antes de cerrarlas. Etiquete las bolsas y, a continuación, métalas en el congelador para congelarlas a largo plazo.
Cómo descongelar romero congelado
El romero congelado puede utilizarse en varios platos sin descongelarlo. Las ramitas congeladas pueden añadirse a los platos cocinados y lo mismo ocurre con el romero congelado en dados. Si no quiere ensuciar nada, no descongele el romero congelado en dados, utilícelo así en su receta.
Sin embargo, no es necesario dejar el romero en el frigorífico para que se descongele durante toda la noche. Solo tienes que descongelar los paquetes en un cuenco con agua templada o dejarlos descongelar en la encimera si no tienes prisa.
¿Es mejor secar o congelar las hierbas?
Sí, es mejor congelar las hierbas que secarlas. Al congelarlas se conservan los aceites esenciales que les dan el sabor que deseas. La congelación de las hierbas es tan fácil de hacer que, obviamente, es la mejor opción.
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