¿Se puede congelar la menta?

La menta suele ser abundante en verano y es una hierba estupenda para tener en la cocina. Podría decirse que es la hierba más versátil que existe. La menta puede utilizarse en platos o recetas cocinadas y en productos horneados. También puede utilizarse para condimentar bebidas y adornar ensaladas.

Existen entre 13 y 24 especies de menta. La menta tiene un buen suministro de antioxidantes y tiene vitamina A que es buena para la salud de los ojos y ayuda a mejorar la visión nocturna. Así que, si consigues un puñado de mentas en la tienda o en tu jardín, ¿cómo las conservas?

¿Se puede congelar la menta Sí, se puede. Puedes prolongar la vida útil de la menta hasta 6 meses manteniendo su mejor calidad y conservando el sabor único que la menta aporta a los platos.

Congelar menta es muy fácil. Hay varias formas de hacerlo, y congelar la menta es mucho mejor que secarla para almacenarla durante mucho tiempo. La congelación ayuda a mantener intactos los aceites esenciales y el sabor, a diferencia del secado. Dicho todo esto, pasemos a ver cómo congelar la menta.

Índice de contenidos

Cómo congelar la menta

Hay varias formas de congelar la menta, cada una de ellas depende de cómo o dónde se vaya a utilizar al congelarla.

  1. Congelación de la menta
  2. Congelación de la menta en cubos

Congelación de la menta

La congelación de la menta no mejora el sabor ni la composición de los nutrientes.Si se congelan durante demasiado tiempo, las hierbas empiezan a perder su calidad. Por eso, el único objetivo de congelar las mentas es prolongar su vida útil para su uso futuro.

Paso 1: Preparación

Escoger las hojas más sanas es vital para el proceso de congelación. Dado que el objetivo es mantener las hierbas en condiciones óptimas, debes empezar con la mejor cosecha que puedas encontrar.

Al preparar la menta, tienes que recortar la parte superior. Hazlo por cada tallo que quieras congelar. Con cuidado de no cortar demasiado, haz que te queden al menos dos tercios de la hoja. Lava las hojas con agua corriente. Luego escúrrelas en un colador y déjalas secar al aire.

Paso 2: Congelación rápida

Cuando las hojas de menta se congelan, se aglutinan y pueden ser muy difíciles de separar después de la congelación. Con la congelación instantánea, podemos evitar este proceso. Esto facilita el uso de la menta congelada.

Forrar una bandeja de horno con papel encerado, colocar las hojas individualmente en la bandeja y espaciarlas para que no se toquen ni se superpongan. A continuación, cubra las hojas con papel de plástico. Esto es para ayudar a aislar las hojas y evitar que se caigan de la hoja en el congelador. Coloca la hoja en el congelador para que se congele durante toda la noche para que se solidifique.

Paso 3: Almacenamiento

Retira la bandeja del congelador y empaca tus hojas de menta semicongeladas en bolsas Ziploc o en bolsas herméticas para el congelador. Puedes empaquetarlas de la forma que quieras.

Expulsa todo el aire que puedas de las bolsas antes de sellarlas. Si las hojas se han congelado correctamente durante la congelación rápida, no tendrás que preocuparte de que se peguen.

Paso 4: Congelación

Etiquete las bolsas de almacenamiento con su contenido y la fecha de congelación, para poder llevar un control de lo que ha almacenado y durante cuánto tiempo. Esto también facilita las actividades relacionadas con la planificación de las comidas. Una vez hecho esto, puedes colocar tus bolsas en el congelador para congelar a largo plazo.

Congelar la menta en cubos

Este método es el preferido por las personas que quieren utilizar su menta para condimentar y enfriar bebidas o como complemento de platos y recetas cocinadas. Para ello, siga el mismo proceso descrito anteriormente. Recoge las mejores hojas, recórtalas y lávalas bien para mantener la suciedad y los restos.

Puedes decidir picar las hojas de menta en tamaños más pequeños o utilizarlas tal cual. Esto depende totalmente del estilo de cocina, la elección o la preferencia. Picar las hojas también puede ayudarte a dividirlas mejor en medidas para tus recetas. A continuación, consigue bandejas para hacer cubitos de hielo.

Puedes congelar la menta en cubitos con aceite o con agua. Puedes hacer ambas cosas, seccionar las bandejas o simplemente utilizar bandejas totalmente diferentes. Rellena las cavidades de las bandejas de hielo con las hojas de menta y llénalas de agua o aceite hasta que las hojas estén completamente sumergidas. Sin embargo, deja una pulgada o media de espacio en los bolsillos para que el líquido pueda expandirse sin desbordarse.

Introduce las bandejas en el congelador hasta que se congelen. Sácalas del congelador, saca la menta helada y pásalas a una bolsa de congelación hermética. Expulsa todo el aire que puedas de las bolsas antes de sellarlas. No olvides etiquetar las bolsas antes de meterlas en el congelador para que se congelen.

Cómo descongelar la menta congelada

Los cubos de menta congelados se pueden utilizar en casi cualquier tipo de receta. Sólo recuerda utilizar aceite donde quieras y agua donde necesites. Los cubos de menta también se pueden utilizar para mezclar bebidas, para añadir el sabor único de la menta y el frío.

Puedes descongelar cubos de menta en un colador sobre la encimera y descongelar paquetes de hojas de menta congeladas durante la noche en el frigorífico.

Cómo reconocer la menta estropeada

Es muy sencillo y fácil. La menta estropeada tendrá un aspecto y un olor extraños. Se notará una decoloración y las hojas estarán blandas al tacto.

Carlos Sage

¡Hola, soy Carlos! Me encanta cocinar, comer, pescar y hacer deporte. La comida es mi pasión y he aprendido muchos consejos de cocina de mi familia italiana. Mis publicaciones en el blog se centran en consejos útiles de cocina y en deliciosas recetas.

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