
¿Se pueden congelar las galletas?

Una caja o más de galletas saladas es un tentempié delicioso. Siempre que necesite algo para masticar mientras ve una película o simplemente se relaja, las galletas saladas son una gran opción. Hay diferentes marcas de galletas saladas, cada una con su propio sabor y aroma.
Si tu caja favorita de galletas está de oferta en la tienda, puedes caer en la tentación de comprar un montón; además, siempre es bueno tener suficientes aperitivos almacenados en casa.
Sin embargo, si tienes galletas en casa, hay algo que no te gustaría que les pasara. Las galletas están hechas para tener una textura crujiente que resulta deliciosa al morderlas. Cuando se ponen rancias, pierden esa textura crujiente y se vuelven blandas. No creo que a nadie le gusten las galletas rancias. Entonces, ¿cómo se puede evitar que esto ocurra?
¿Se pueden congelar las galletas? No, no se pueden congelar. Aunque la congelación ha sido excelente para la conservación de otros alimentos, no funciona con las galletas. Si se congelan, se humedecen y se vuelven blandas, y pierden su textura crujiente.
En lugar de congelar las galletas, debe utilizar un recipiente hermético limpio para conservarlas. El recipiente debe tener una buena tapa que cierre herméticamente y debe guardarse en un lugar fresco, seco y a la sombra.
Si se pregunta por qué la congelación no puede funcionar con las galletas saladas, este artículo contiene detalles relevantes sobre el tema. También contiene métodos alternativos y eficaces para conservar las galletas.
Por qué la congelación no funciona con las galletas saladas
Ahora que sabe que la congelación no conserva bien las galletas saladas, quizá se pregunte por qué. El contenido de sal de las galletas es una de las principales razones por las que no se pueden congelar. La sal absorbe de forma natural grandes cantidades de humedad; de ahí su tendencia a ablandar las galletas cuando se exponen a las condiciones del congelador.
Además de su contenido en sal, las galletas están estructuradas de una forma que no favorece la congelación. Las galletas están hechas de tal manera que tienen muchas bolsas de aire en su interior. Estas bolsas de aire facilitan el rápido enranciamiento y empapamiento de las galletas cada vez que se exponen al aire durante periodos prolongados.
Por último, el aire frío del congelador puede provocar quemaduras si entra en contacto directo con las galletas. Todos estos factores hacen que la congelación de las galletas sea un proceso difícil.
Independientemente de estos factores y de las dificultades de congelar galletas saladas, se puede intentar congelarlas. Sin embargo, el resultado final no sería de buena calidad: las galletas serían comestibles, pero no tan agradables.
Cómo congelar galletas saladas
Para quien quiera congelar sus galletas independientemente del posible resultado, esto es lo que hay que hacer:
- Coge un poco de papel de saran para envolver bien las galletas.
- Envolver las galletas en una o dos capas de papel de saran.
- Transfiere las galletas envueltas a una bolsa resellable apta para el congelador y quítale todo el aire que puedas
- Utiliza papel de aluminio para envolver todo el paquete y pega una etiqueta con la fecha de caducidad y otros datos; entre ellos, la fecha de consumo preferente y la marca/tipo de galletas.
- Transfiera el paquete envuelto en papel de aluminio a un recipiente apto para el congelador y ciérrelo herméticamente antes de meterlo en el congelador.
Mejores alternativas a las galletas congeladas
Ya que hemos establecido que la congelación no es una buena forma de conservar las galletas, debemos proporcionarle métodos fiables para conservar sus galletas. Algunos de estos métodos incluyen:
Conservación en el embalaje original
Probablemente se haya dado cuenta de que hay una gran similitud en la forma en que se envasan originalmente las distintas marcas de galletas saladas. La razón de esta técnica de envasado constante es que se ha demostrado que realmente conserva el sabor y la textura de las galletas saladas durante una cantidad significativa de tiempo.
El envase original de las galletas incluye una capa de plástico hermética que protege las crujientes galletas del aire, la humedad y las bacterias. Esta capa de plástico también impide que otros olores externos comprometan las propiedades originales de las galletas. El resto del envase original de las galletas protege su delicada estructura para que no se aplasten.
Aunque los envases originales conservan las galletas, no pueden protegerlas de las plagas. Plagas domésticas como cucarachas, escarabajos, roedores, gorgojos, etc., pueden introducirse en el envase y causar daños.
Conservas en bolsa Zip-Lock
Si ha abierto el envase original de las galletas, necesitará una forma alternativa de conservarlas. Las galletas se reblandecerán si las dejas dentro del envase abierto. Coge una bolsa con cierre lo suficientemente grande para que quepan todas las galletas y empieza a meterlas dentro.
Una vez sellada, la bolsa con cierre evitará que las galletas se ablanden y pierdan su textura crujiente. En lugar de meter todas las galletas en una bolsa, puedes dividirlas en varias bolsas diferentes que contengan porciones de galletas que puedan terminarse a la vez.
Una desventaja de las bolsas con cierre es que no ofrecen la misma protección contra el aplastamiento que el envase original. Si colocas la bolsa de galletas sin cuidado, se aplastarán; puedes colocar la bolsa de galletas en un recipiente para protegerla mejor.
Conservar en un recipiente hermético
Además de las bolsas zip-lock y los envases originales, los recipientes herméticos también son una excelente opción para conservar las galletas. Solo tienes que transferir la cantidad de galletas que quieras al recipiente hermético y cerrarlo bien.
Otras cosas a tener en cuenta al almacenar galletas saladas
Si lee las instrucciones de la parte posterior de la caja de galletas, es posible que encuentre la parte que dice que las galletas deben guardarse en un lugar fresco y seco. Esta indicación es importante para conservar el sabor y la textura de las galletas.
Tal vez se pregunte qué lugares cumplen estos requisitos. Las respuestas son la despensa de la cocina, el armario o cualquier otro contenedor y compartimento que estén protegidos de la luz solar directa.
La exposición a la luz solar provoca la formación de humedad y arruina el carácter crujiente original de las galletas.
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